Mientras en el mar los efectivos de emergencias se afanan en la búsqueda de los tres tripulantes del Paquito Número Dos desaparecidos ayer, familiares y amigos esperan en tensión junto al faro de Corrubedo.

Decenas de personas avistan las aguas de la ría desde la costa. Ribeira -los marineros son vecinos de Boiro- ha vivido ya la tragedia del oficio en varias ocasiones. Esta vez, de nuevo, se temen lo peor. La localización del pecio a 38 metros de profundidad frente a Corrubedo y boca abajo hace pensar que los tripulantes pudieran haber quedado atrapados en el interior del barco.

A lo largo del día, los buzos de Salvamento y de los GEAS se sumergerán para inspeccionar el casco, que podría haberse ido al fondo por un desplazamiento de la carga tras un golpe de mar.